El presente manual te ayudará a tener un mayor conocimiento en el manejo del programa. Te será de gran apoyo cuando lo leas y reflexiones con detenimiento, después de haber entendido “Cómo pasar de un valor a un hábito”, y el “Manual de Instrucciones”. Te sugerimos leerlo cuando tengas una duda o cuando pienses que has caído en la rutina. Al ser un trabajo para personas, te conviene releer ideas que se te pudieron haber escapado, y de esta manera podrás encontrar nuevas razones y maneras de avivar la pasión por la educación de valores con tus alumnos.
Te ayudará tener siempre en mente que todo el material de la página, busca
educar el autocontrol, necesario para vivir los hábitos buenos que se proponen, que a su vez ayudan a adquirir el autocontrol.
¡Comencemos!
Recuerda que para pasar de un valor a un hábito bueno hay que implementar tres elementos inseparables (Lee el documento “Como pasar de un valor a un hábito”, que está dentro de la barra de menú principal):
1. Poner intenciones buenas al hacer las cosas: motivación.
2. Asimilar los principios a través de la reflexión.
3. Llevar a la práctica los valores, realizarlos a base de constancia en pequeñas metas.
Hábitos buenos = Motivación + Reflexión + Constancia en pequeñas metas = Carácter
Todo este proceso acompañado de un buen ambiente.
La experiencia de más de 10 años en la aplicación de este sistema en cientos de escuelas, públicas y privadas, a través de nuestros libros impresos, nos enseña que lo más difícil de poner en práctica son las metas por grupo. Por lo general, se quedan en lo que consiste la gran cantidad de material que existe al respecto en el mercado: actividades y frases. Como ya se ha dicho, y se seguirá diciendo, para que el valor se vuelva un hábito, principalmente es con base en su práctica todo el día y todos los días, a través de las metas. De aquí la importancia de que las elijas y se vivan en tu grupo. Es lo más importante y lo que más trabajo ha dado que implementen. Por eso en la Reunión de Grupo, te sugerimos trabajar primero la meta que el valor, para que posteriormente motives en el valor.
A continuación, te hablaremos sobre cada uno de estos aspectos. Te brindamos ideas concretas para que lo lleves a la práctica de la mejor manera posible dentro del aula:
1. Motivación
Haz ver a tus alumnos que, entre más alta, es decir, más trascendente sea la finalidad que buscan al vivir el valor a través de sus metas, se harán personas más buenas y mejores. La finalidad más alta es el amor por los demás, el deseo de servirles.
En cada meta que te proponemos, añadimos junto a ella una intención. Ésta última tiene la función de proponer un buen motivo para realizar la meta, y evitar que tus alumnos se queden tan solo en cumplir la meta. Cuando con una buena intención se logra, hay más fuerza en la vivencia del valor.
Lo que más motivará a tus alumnos, es que tú como profesor vivas la meta.
Conviene, también, que los motives con modelos cercanos a ellos que los impulsen a ser mejores personas, tendrás que identificarlos según la edad de tus alumnos: personajes, deportistas, personas que sean conocidas en la comunidad, etc.
Si han cumplido la meta, hazlos consientes de la alegría que se tiene al haberla superado, para reforzar así la vivencia del valor. Diles ¿apoco no se sienten más contentos? ¿A poco no se ve más bonito el salón?
Evita los concursos: donde hay un premio o un castigo, no se forma un valor; sí puedes dar reconocimientos, que es distinto. Más que competencia, fomenta la solidaridad y la colaboración mutua.
Si definitivamente tu salón no responde a las motivaciones para vivir el valor, si hay apatía, sí te recomendamos dar un premio o un castigo, sólo al inicio, intentando superar esta situación en cuanto se pueda.
Una clave importante es que logres que tus alumnos comprendan que la felicidad es un proceso interior que se trabaja personalmente, nadie externo puede dársela. Su felicidad no depende de los demás: la clave de la felicidad está en su interior. Es necesario que esto se los repitas una y otra vez, porque obsesivamente el ser humano tiende a buscar la felicidad fuera de sí mismo y, por muchos que sean los esfuerzos, no la encontrará por el simple hecho de que no está ahí. Concientízalos sobre que el trabajo que cada uno realice con respecto a su persona, es lo que al final le brindará la satisfacción deseada, nunca es bueno que se comparen con los demás.
Educa la sensibilidad de tus alumnos desde pequeños. Comúnmente se puede tener una concepción equivocada de la sensibilidad equiparándola a debilidad y fragilidad, a una cualidad específica de la mujer, cuando en realidad es un fruto enriquecido por la cultura y el bien. Ayudaría mucho que tú, como educador, descubras y fomentes aquellos ámbitos de la sensibilidad donde tu alumno o alumna muestren una cierta facilidad: la música, la pintura, la danza, la escritura, el teatro, el cine, el canto. También te ayudará para que eduques su sensibilidad: que aprecien el aroma de una flor; permanezcan en el silencio de los campos; admiren y disfruten un cielo azul; acaricien con ternura a un pequeño; contemplen el paisaje, los atardeceres, las flores, los árboles, la luna y las estrellas; y sientan el amor de las personas que los rodean. Si piensan que la vida es eficacia y acción y, sobre todo, satisfacen sus necesidades materiales y se enfocan sólo en ganar la mayor cantidad de dinero posible, se privarán de estas cosas más valiosas, que los harán más felices y a muy bajo costo.
2. Reflexión
Es importante que tus alumnos tengan conocimiento de los valores, sus ventajas y cómo se adquieren, pero más importante es que lo entiendan, lo asimilen y lo hagan propio. Y esto se logra a través de hacerlos reflexionar, que se pregunten el porqué y para qué de lo que hacen.
Asimilar es que comprendan lo que aprenden, lo incorporen a sus conocimientos previos y sepan aplicarlo a la vida.
La inteligencia se forma cuando aprenden a pensar. Tienes que guiar a tus alumnos para que reflexionen, hazles pensar, más que “echarles rollos”.
Aprender a pensar supone el desarrollo de distintas habilidades como: la reflexión, comprensión, análisis, síntesis, resolución de problemas, toma de decisiones, coherencia lógica, capacidad de abstracción, creatividad, previsión, imaginación. Todas estas habilidades permitirán que tus alumnos desarrollen el pensamiento lógico, y les ayudarán a ordenar, clasificar y aplicar la información que han adquirido.
Detecta algunos factores que les den entrada o les motiven al cambio, pero además dales razones que los guíen hacia la reflexión. Hazles ver que NECESITAN cambiar los malos hábitos por buenos, las costumbres insalubres por hábitos saludables si quieren ahorrarse problemas, poder tener más éxito en la vida, poder formar una bonita familia y una comunidad justa, solidaria y con paz.
Cuida que intervengan todos tus alumnos en el proceso de reflexión.
La reflexión la puedes propiciar mediante testimoniales, detonantes, lecturas, videos, material que encontrarás dentro de cada uno de los valores y mediante los documentos que te proporcionamos a lo largo de SVD Aulas.
3. Constancia en pequeñas Metas:
Para que consigas que tus alumnos hagan vida un valor, además de la intención trascendente de haber entendido y asimilado su conocimiento, es imprescindible que lo practiquen continuamente a través de las metas CAM (Concretas, Accesibles y Medibles), hasta que lo vivan con gusto, fácilmente y bien realizado.
Ten siempre presente que lo importante y lo más difícil es mantener la constancia y la perseverancia por muchos años ambas cualidades poco comunes entre los latinos. Por ello, conviene que empieces por metas más sencillas y accesibles, para que las alcancen fácilmente y tus alumnos se animen a continuar en su esfuerzo, recordando el refrán: “Más vale paso que dure y no trote que canse”.
Es fundamental que ACUMULES las metas, siempre las tendrás que ir sumando hasta que ya las vivan ordinariamente y sin mucho esfuerzo.
Les ayudará mucho para la constancia que logren pequeñas victorias, y para esto tienes que plantear metas CAM: concretas, accesibles y medibles, tal como te sugerimos en SVD Aulas. Concretas, para que sean sencillas y claras a la hora de que las pongas en práctica, que no sean ambiguas ni generales, que luego les resulte difícil de vivirlas; accesibles, para que las puedan sacar adelante con un pequeño esfuerzo, y vean que no es “tan difícil” vivir los valores, portarse bien: por eso es importante que sepas frenar los ímpetus iniciales; y medibles, para que te sea más fácil evaluarlas, y poder saber si las vivieron o no. Te aclaramos que concreta, accesible y medible no quiere decir lentamente, sino poco a poco. Después podrás ir más rápido con tus alumnos, pero no en los inicios. Un símil podría ser el de la persona que con muy poca condición física y nada de fuerza llega a un gimnasio: tiene que adquirir poco a poco y con constancia ambas condiciones; si se le pone demasiado peso en los aparatos, además de que no va a poder, se puede lastimar y no regresará. Si persevera, no un mes sino muchos, al final tendrá una muy buena condición y fuerza.
Al inicio de la meta los sentimientos se les llenarán de entusiasmo. Por eso, parte del papel que tienes como educador será saber serenar los ánimos, para que luego no se lleven una decepción mayor; siempre háblales con claridad: el esfuerzo por vivir la meta no es fácil sostenerlo, tendremos que ir poco a poco y tardaremos tiempo. Por ello es necesario que al momento de que plantees las metas, éstas sean sumamente pequeñas y realistas, para que logren victorias y, a través de ellas, satisfacciones y alegrías. De esta manera tus alumnos se darán cuenta que no es tan difícil el esfuerzo por el nuevo hábito y que vale la pena esforzarse. Así lograrás la constancia en pequeñas metas, ya que a los sentimientos les agrada el sabor de estos triunfos, y temerán menos a los pequeños esfuerzos.
Es fundamental que tengas paciencia; tienen que pasar muchos meses de esfuerzo para que tus alumnos desarraiguen el vicio y adquieran el hábito bueno que desean. Con paciencia y con constancia llegarán lejos. Los avances del hábito bueno o valor vivido los tienes que medir, mínimo, cada trimestre, por eso es mejor que mantengas un valor por un buen período de tiempo: de tres a seis meses.
En edades más avanzadas te conviene involucrar a tus alumnos para tomar la decisión de qué meta elegir, en consenso.
Si lo deseas, puedes redactar metas propias para tu aula, que sean CAM: Concretas, Accesibles y Medibles.
4. Buen ambiente
Para que logres la constancia en tus alumnos, es importante que quites los obstáculos que pudiera haber, como: el choteo o la burla al valor, a la meta o a la razón; evita que se haga un mal ambiente al respecto; al contrario, que esté bien visto portarse bien y vivir los valores, ser mejores.
Entre dos o tres de tus alumnos se pueden ayudar a cumplir la meta, de manera que haciendo equipo para vivirla se favorezcan mutuamente a mantener el buen ambiente con respecto al valor.
Como profesor, debes ser más positivo que amenazante; animar, más que regañar.
Infunde optimismo y esperanza: Cree que tus alumnos pueden vivir su meta.
Necesitas poner en juego toda tu creatividad para complementar el material sugerido.
Resulta muy conveniente, que además de ti, como titular, todos los profesores que entren al aula refuercen el valor, la meta y la razón.
Un factor que te indicará un buen ambiente es que tus alumnos quieran compartir el valor, la meta y la frase con sus amigos, por ejemplo, a través de las redes sociales.
Podrás observar que a lo largo de la primaria estarán acompañando a tus alumnos los personajes de Chispix, que te ayudarán a motivarlos de manera dinámica. Chispix es un programa de radio que se trasmite por la estación XEHK 960 am, La voz de Guadalajara, de lunes a viernes de 6 am a 8 am. Programa en el que Teófilo y sus amigos hablan sobre temas divertidos y sobre todo educativos para los niños, te presentamos a sus personajes:
SVD tiene una participación quincenal, los lunes, en dicho programa, momento en el que se habla de los valores y los hábitos saludables de manera atractiva e impulsando a los niños a vivir ciertas metas, que se siguen recordando y promoviendo a lo largo de la semana. Te proponemos invitar a tus alumnos a escucharlo cada mañana durante su camino a la escuela.
Y, sobre todo, ¡Involucra a los personajes de Chispix en el aprendizaje de tus alumnos!
Reflexiones sobre otros temas importantes:
1. Valores
Es muy significativa la decisión de qué valor vas elegir, por ello tienes que seleccionarlo minuciosamente y en consenso, pues trabajarás en él por un periodo largo. Es importante que tomes en cuenta que al desarrollar un buen hábito se desarrollan muchos más simultáneamente, pues el proceso de adquisición del hábito que recorrerás con tus alumnos implica esfuerzos y cambios positivos en su persona y en la dinámica de trabajo.
En el momento que comuniques el valor a tus alumnos, involúcralos para que aporten sus ideas sobre qué significa el valor, de cómo se vive día a día y cómo vive una persona que lo ha adquirido.
Presenta el valor de manera atractiva y convincente, ya que muchas personas tienen prejuicios con ciertos términos que te conviene explicar de manera más atractiva. Por ejemplo, que sean conscientes del daño que les ocasiona el no vivir el valor, y la cantidad de beneficios que obtendrán si lo tienen. Todo esto es para que se convenzan de la necesidad de vivir ese valor: confronta la definición del valor y el antivalor; que saquen una lista, lo más larga posible, de pros y contras de vivir ese valor, y que lo anoten en sus cuadernos para retomarlos y repasarlos cada mes; y si lo creen conveniente, los amplíen.
Como profesor, debes ser un guía para que tus alumnos distingan entre los bienes falsos o efímeros, y los bienes verdaderos y honestos, para esto te ayudará hablar de los antivalores (disciplina vs caos), como te mencionamos en el punto anterior.
El conocimiento está relacionado con el pensamiento y con la acción. Cuanto más conocimiento tengan tus alumnos del valor, será más rico su pensamiento y su ejecución más eficaz. Y en cuanto más practiquen el valor, lo entenderán cada vez mejor.
Una vez que hayan elegido el valor, plantéales grandes ideales y proyectos que se generan/ganan con ese valor, por ejemplo: ser agentes de cambio, transformar el mundo, que sus papás y maestros estén contentos, ser felices y hacer felices a los demás. Que no se queden sólo con la meta.
2. Complementar la vivencia de los valores con los distintos programas de SVD:
Te compartimos que SVD tiene distintos programas que son complementarios. El objetivo es que desde la escuela puedas influir en toda la comunidad que te circunda en la vivencia de los valores, y así puedas contribuir a mejorar la sociedad. Estos programas están en el Home de SVD.
Desde SVD Aulas, tú puedes animar a tus alumnos para que en sus casas vivan el mismo valor que han elegido, de tal manera que en sus familias puedan practicarlo y así refuercen su adquisición. A la vez que vas influyendo en esas familias.
También, desde tu sección o en toda la escuela, puedes reforzar la vivencia de los valores en tus alumnos con el programa Escuelas saludables y con valores, escogiendo el mismo valor y con las metas respectivas, para que logres un gran ambiente en toda la escuela del valor correspondiente.
Esto mismo lo puedes trasladar a los hogares con el programa Familias felices, pidiendo que se viva el mismo valor que se está viviendo en el aula y en la escuela, de esta manera todo el día y todos los días practicarán el mismo valor, con lo que lo adquirirán en menos tiempo y con más facilidad, y no sólo en la institución educativa sino en muchos hogares de tus alumnos, profesores y colaboradores, con todas las ventajas que esto trae consigo.
Finalmente, para que puedas influir más positivamente en tu comunidad, puedes animar a los padres de familia a que usen en sus lugares de trabajo el programa Trabajadores en plenitud, con lo que más personas estarán adquiriendo los valores y la salud.
3. Evitar comparaciones y competencias:
Haz ver a tus alumnos que cada persona es diferente, por lo tanto, no se pueden comparar: El proceso de adquisición de un hábito se vive de manera personal. Enseñarles a conocerse, aceptarse y mejorarse es clave para que realicen con éxito este proceso. Que comprendan que cada uno tiene sus posibilidades y limitaciones, por lo que no es saludable entrar en competencia, pues la comparación, quererles ganar a los demás, no les generará bondad sino vicios, y muchas veces los peores vicios.
Que tus alumnos entiendan que el consumismo les impide ser felices, porque genera envidia y eso los lleva a la insatisfacción, y a que no sean felices porque “el otro me gana”, y eso les genera más consumismo, y así entran en un círculo vicioso que podría parecer interminable.