DEFINICIÓN Y DESCRIPCIÓN DE VALORES
ORDEN
Orden: Decido lo mejor
Definición: Colocación de las cosas en el lugar que les corresponde. Concierto, buena disposición de las cosas entre sí. Regla o modo que se observa para hacer las cosas. Serie o sucesión de las cosas. Real Academia Española (RAE).
Lema: Decido lo mejor.
El lema explica los beneficios que trae el Orden a la persona que lo vive: logra un poderoso autocontrol, que le llevará a
decidir lo mejor, y no ser esclava del capricho, la flojera, de hacer sólo lo que tiene ganas o le gusta, siendo capaz de retrasar la gratificación y contener la impulsividad.
El orden como Hábito:
El Orden es un valor que cuando lo haces propio se transforma en un hábito bueno. Los hábitos los adquieres al repetir una y otra vez una acción, hasta que la realizas fácilmente, con gusto y sin error, como vemos en los buenos deportistas, músicos, artistas, o en las personas trabajadoras, en los buenos estudiantes o en personas que adquieren y desarrollan tantas habilidades y
competencias.
Los hábitos buenos que vives en SVD son más ricos que estas realidades descritas, que las costumbres familiares y sociales, o las simples rutinas. Tienen la cualidad que te hacen mejor desde dentro, y por eso se llaman hábitos buenos; en contraste con los hábitos malos o vicios, que te perjudican.
Son más valiosos ya que al practicarlos tienes una intención buena hacia tu persona y hacia los demás, porque entiendes el porqué los pones en práctica; tienes razones que te convencen, reconoces que son buenas para ti y logran una convivencia pacífica. Estarás convencido de que te conviene vivirlos, aunque
cuesten un poco de esfuerzo, por la alegría y felicidad que te proporcionarán, y no tienen nada que ver con reglas rígidas, rutinarias, cuidar formas externas o aparentar cualidades.
Estos Valores de SVD, hechos hábitos buenos son: armonía, orden y equilibrio; fundamentales para que estés bien, saludable, seas feliz, convivas amablemente, respetes a los demás y a la naturaleza, estudies o trabajes con energía y eficacia,
te diviertas sanamente sin vicios o acciones que te dañen como abuso de alcohol, sedentarismo, adicciones, sexo irresponsable… Un ejemplo de la importancia de este Orden y equilibrio es la alimentación: si comes de más te daña por la obesidad, si comes de menos, te daña por la anemia, mal desarrollo corporal o
anorexia. Así como la ciencia moderna ha encontrado el equilibrio y el orden para una alimentación sana, así son las demás realidades humanas, que te llevan a ser saludable y mejor persona, cuidando el equilibrio, la armonía, el orden.
El orden y el Autocontrol:
El placer es bueno y esencial para la vida. Puedes imaginar qué sucedería si nutrirte fuera un suplicio: comerías poco, tal vez prefiriendo morir para escapar de semejante tormento. Lo mismo pasaría con la reproducción. Pero gracias al placer que proporcionan estas acciones vitales, se conservan y nacen los animales y las futuras generaciones de personas.
Estos placeres, que son parte fundamental de nosotros, son tan fuertes que si no se ordenan con un poderoso autocontrol nos
autodestruyen: se ve con claridad en las enfermedades causadas por el sobrepeso, preocupación nacional con repercusiones económicas fuertes; en el alcohol y la droga, que son una de las
principales causas de adicciones, muertes y de incapacidades en el mundo; en las enfermedades de transmisión sexual, en los embarazos precoces y no deseados, en los problemas por la situación demográfica en Europa, donde muchos países ya tienen más muertes que nacimientos y una población envejecida; tenemos
también fuertes problemas ecológicos generados por el consumo desordenado de las personas, como el exceso de basura y contaminantes.
El orden, la armonía y la proporción equilibrada de estos placeres que nos ayudan a la conservación, se logran con el Autocontrol. Éste realiza la unión y correcta disposición de los distintos instintos, pasiones y razones, para lograr la unidad
interior de la persona, que le llevará a: comportarse de manera sana y con valores; a tener una vida plena y feliz, en respeto y solidaridad con los demás. De otra manera, sin este autocontrol, la persona se deja llevar por sus propios caprichos egoístas y, si alguien viviera sólo para los placeres del alimento, la bebida y el sexo, acabaría esclavizado, quizá hasta la adicción de estas realidades buenas, pero sin control sobre ellas, con las repercusiones que ya estamos padeciendo en la humanidad: actualmente 60% de las enfermedades tienen este origen.
El verdadero amor a uno mismo y a los demás empieza por desprenderse de buscar sólo el placer, ordenándolo y usándolo con una medida saludable; siendo capaz de retrasar la gratificación y contener la impulsividad. Ésta es la base para toda clase de logros, poniendo límites, sin sentirse avergonzado o frustrado por ello.
Explicación del Orden:
El Orden es la base del Autocontrol, y sirve de apoyo a otros hábitos y valores. Te proporciona confianza, seguridad, tranquilidad, evita disgustos y contratiempos.
Junto al Orden, hay valores y hábitos con los que especialmente se relaciona: higiene, limpieza, ahorro, madurez, equilibrio en el uso de nuevas tecnologías y serenidad.
Tener ordenadas las cosas, los pensamientos y la vida diaria en un plan, te permite tener mayor estructura y organización para trabajar mejor, disponer de más tiempo, ser más eficaz, aumentar el rendimiento y conseguir más fácilmente los objetivos previstos. Gracias al orden puedes organizar mejor tu tiempo y tus ideas, ser capaz de sacar mayor partido a lo que ves y aprendes... En este sentido, es de mucha utilidad programar un horario que te ayude a planificar y prever el tiempo necesario para cada actividad que te propones realizar. De este modo, desarrollarás la capacidad de relacionar el tiempo con tus actividades y lograrás más cosas con menos esfuerzo, llevando una vida armónica, equilibrada y sana.
Para descubrir la importancia del Orden en la vida de una persona, puedes imaginarte un juego, por ejemplo, el fútbol: si no hubiera un orden que se concreta en unas reglas, ¿te imaginas lo que pasaría? Sería un caos si nadie jugara de manera ordenada y sin reglas comunes. Lo mismo pasa en la vida: es mejor que
haya un orden y unas reglas.
Existen dos antivalores del orden que son vicios: por un lado tenemos a las personas que, más que ordenadas, son
meticulosas, cuadriculadas. Y en el otro extremo están las personas
desordenadas.
Te damos algunos ejemplos para que se entiendan:
- La persona ordenada: maneja un horario que incluye todo lo que tiene que hacer durante el día, lleva a cabo sus obligaciones con eficacia, respeta la hora fijada para cada actividad y evita dejarla para después.
Antivalores:
- La persona meticulosa para organizarse elabora un complejo sistema de colores, etiquetas, base de datos al que le dedicara tres horas todas las semanas.
- La persona desordenada deja todo a la última hora. No organiza sus días, le da la misma importancia a todo lo que hace, y pospone con facilidad sus actividades, sobre todo las que no le gustan o le cuestan más trabajo.
- La persona ordenada es consciente de su capacidad y sus posibilidades al asumir cargas y compromisos, sin descuidar lo importante.
Antivalores:
- La persona meticulosa no se compromete a nada que se salga de lo ya planeado, le falta flexibilidad y disposición para algo más importante que el orden.
- La persona que a todo dice que sí, y por querer cumplir descuida cosas más importantes, como su salud, su trabajo, su familia, etc.
- La persona con este valor es la que pone en orden sus cosas: tiene un lugar para cada cosa y pone cada cosa en su lugar.
Antivalores:
- La persona meticulosa es quien se altera desproporcionadamente cuando sale de su orden o cuando algo está fuera de lugar.
- La persona desordenada es la que deja fuera de lugar las cosas; al llegar a su casa deja sus cosas tiradas por cualquier lugar, amontona ropa, etc.
Valores relacionados con el Orden:
La higiene: Es importante tener un orden y rutina de hábitos de higiene que, además de mantenerte con buena salud, te van a ahorrar mucho sufrimiento, tiempo y dinero, a la vez que te sentirás mejor. Tu higiene personal y la mejora de tu aspecto físico también aumentan el nivel de tu autoestima.
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Higiene:
Tiene por objeto la conservación de la salud del cuerpo y la prevención de enfermedades como infecciones. También existe la higiene de postura o higiene de columna. Es importante tener una buena postura para evitar deformaciones de la columna vertebral.
Además de la higiene que cada persona tiene que cuidar, existe otra en la que todos debemos contribuir para cuidar la salud pública.
El antivalor es la
falta de higiene, que lleva al descuido de: lavarse las manos después de ir al baño; lavarse los dientes después de cada alimento; el baño diario; la posición correcta al sentarse para trabajar, etc. Debes cuidar de no caer en el otro extremo de estar
obsesionado por la higiene. Ambos representan una falta de armonía y de orden, que nos complican la vida.
Ejemplo:
- La persona pulcra que, con su baño diario, sus manos limpias y arregladas, el aseo en su dentadura, se muestra atractiva y hace agradable la vida a los demás.
Antivalores o vicios de la higiene:
- La persona que no da importancia a su aseso personal, no evita mancharse, ni le importan los malos olores, etc.
- La persona que no toca nada para no contaminarse, se baña varias veces al día, no juega para no mancharse…
La limpieza —— que en el fondo es orden exterior— es una condición que te ayuda a fomentar el desarrollo del autocontrol, principalmente, porque al vivir la limpieza cultivas comportamientos de disciplina y orden, capacitándote para mantener tu mundo y tu persona bajo tu control.
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Limpieza:
La limpieza —que en el fondo es orden exterior— es una actitud que fomenta el desarrollo del autocontrol debido, principalmente, a que mantener la limpieza cultiva comportamientos de disciplina y orden, capacitándote para mantener tu mundo y tu persona bajo cierto control. Gracias a este valor te puedes querer a ti
mismo y hacer el bien a los demás porque eres solidario, fomentando así tu seguridad personal y el respeto a los demás.
Los antivalores contrarios a la
limpieza son, por un extremo el
maniático de la limpieza, y en el extremo opuesto está la
suciedad. Ponemos un ejemplo:
- La persona que suele mantener limpio y ordenado su lugar de trabajo, limpia lo que usa antes de guardarlo, clasifica la basura y la pone en su lugar, levanta lo que está tirado, etc.
Antivalores:
- El maniático es el que se irrita porque algo está sucio o fuera de su lugar, tiene todo milimétricamente ordenado y clasificado y no permite, por ningún motivo, que lo muevan, y se pasa horas y horas limpiando, descuidando otras realidades más importantes.
- El que vive la suciedad es el que tiene todo en desorden y sucio, va acumulando las cosas para limpiarlas después, amontona basura entre cosas útiles y limpias, no le importa estar rodeado de cosas tiradas, etc.
El ahorro es orden en los gastos y en el uso de los bienes materiales, que son imprescindibles para una existencia feliz, pero que, si te desordenas en este aspecto, te causas mucho daño, te esclavizas a los objetos y te quitan la felicidad,
ya que el consumismo genera envidia, y ésta genera insatisfacción, porque siempre habrá alguien que tenga ropa, aparatos o juegos que tú no tienes, y entras así en un círculo vicioso.
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Ahorro:
Consiste en el equilibrado uso de los bienes materiales. La persona que tiene este valor sabe resistir a la presión del
consumismo exacerbado que impera en el ambiente y no se crea falsas necesidades, entiende que los bienes son medios
para crecer como personas libres y no fines en sí mismos, que llegan a esclavizarnos. La codicia ha sido, y sigue siendo, fuente de terribles males para las personas, las familias o los pueblos. El equilibrado uso de los bienes materiales facilita también ocuparnos generosamente de las necesidades materiales de los demás, y será condición imprescindible para vivir la solidaridad, principalmente con los más necesitados. Ayuda a tener una preocupación por la justicia y promoción del desarrollo social, sabiendo que ninguna legislación podría por sí misma hacer desaparecer los temores, los prejuicios, las actitudes de
soberbia y de egoísmo que obstaculizan el establecimiento de sociedades verdaderamente fraternas.
Los antivalores del ahorro son
el consumismo o despilfarro, tan común entre la gente, y en el otro extremo están:
la codicia y
la avaricia. Con los siguientes ejemplos entenderemos mejor el valor y los antivalores:
- El que ahorra es para atender las necesidades de los suyos, y también la de los demás, al poder compartir sus bienes.
Antivalores:
- La persona despilfarradora es la que vive sin preocuparse por sus necesidades o de las personas que dependen de ella. Vive sin prever el futuro, sin presupuesto, por lo que gasta y gasta y nunca le alcanza
ni para lo necesario.
- La persona que es avara: no gasta ni en ella y menos en los demás, porque sólo busca acumular riquezas. Ni siquiera cubre sus necesidades ni las de los que le rodean.
- Una persona que es generosa participa en las causas que valen la pena, como en la colecta de la Cruz Roja, cuando hay una catástrofe, cuando algún familiar cercano tiene una fuerte necesidad, etc.
Antivalores:
- Los despilfarradores que no tienen para ayudar a los demás, porque compraron cosas no muy necesarias o superfluas, sin pensar en los que no tiene ni lo necesario.
- Las personas que tienen más medios que los demás, que ante la petición de ayuda se niegan a dar nada, ni al que le pide, ni a nadie.
- Se mantiene desapegado y libre de las cosas materiales, cuida los instrumentos de trabajo para que duren más tiempo. Tiene lo que necesita sin inventarse necesidades.
Antivalores:
- El que no cuida lo que tiene y compra todo lo que le ponen en frente.
Busca estar a la moda y al día en los objetos electrónicos, etc.
- Presume lo que tiene sin ánimo de compartir sino sólo por manifestar su preocupación por acumular cosas, o sentirse más que los demás.
Equilibrio en el uso de las nuevas tecnologías: moderarte en el afán de conocer y comunicarte, que son muy buenos y necesarios. Pero incluso ésta natural avidez de comunicarte o el ansia de conocer pueden degenerar en ansiedad devoradora o en manía patológica si no te ayudan el orden y el autocontrol.
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Equilibrio en el uso de las nuevas tecnologías:
Es el valor que modera el afán de conocer y comunicarse, que son muy buenos y necesarios, pero incluso la natural avidez de comunicarse y explayarse en el mundo sensible o el ansia de conocer pueden degenerar en ansiedad devoradora o en manía patológica, si la persona no se ayuda del orden y del autocontrol.
Cuando hoy en día literalmente aplasta una avalancha de información de todo tipo, es singularmente necesaria esta sabia disposición personal:
querer saber lo que realmente conviene. Acometer, en primer lugar, el conocimiento que más debe de importar: el que conduzca a la plenitud como personas. Una persona prudente y crítica sabrá aplicar estos criterios en muchos aspectos de su vida: uso de Internet, televisión, espacios informativos, selección de lecturas y tantas cosas más.
Para ser una persona prudente y ordenada, debes saber jerarquizar tus prioridades en materia de conocimientos y comunicación: qué es más importante saber y qué es menos, y cuánto tiempo dedicarle. Teniendo en cuenta aquella sabia sentencia de los antiguos: Hay muchas cosas por saber y muy poco tiempo.
No siempre es fácil esa decisión y se requiere un empeño particular para ir distribuyendo sabiamente el tiempo disponible para sacarle el mayor rendimiento.
Los antivalores son
la curiosidad desmedida, por una parte, y el extremo opuesto que es
la indiferencia ante el saber y conocer.
Para que se entiendan mejor ponemos unos ejemplos:
- Una persona madura es quien busca saber porque quiere superarse en la vida, tiene ilusión de aprender más, lee páginas WEB serias o especializadas, selecciona bien lo que ve y busca por Internet, usa las redes sociales sin interrumpir su trabajo o clases, etc.
Antivalores:
- El curioso quiere leer todo lo que pasa en el mundo, estar enterado de todos los chismes y noticias, pero más por curiosidad y presunción, y no tanto por aprender. Descuida cosas importantes por estar en las redes sociales.
- Hay otras personas que son indiferentes ante el saber, no tienen inquietudes intelectuales, o ante lo que pasa en el mundo. Prefieren pasar las horas viendo videos, en las redes sociales, perdiendo el tiempo y pasando la vida frente a una pantalla.
- La persona madura se prepara y estudia con orden a lo largo de su vida.
Tiene tiempo para leer un buen libro, hacer deporte, comunicarse con los amigos en las redes sociales, se divierte, etc. Cuando trabaja o estudia: lo hace en silencio, evita estar comiendo, oyendo música, viendo el Internet, etc. Se ocupa de temas relevantes y no sólo de lo superfluo.
Antivalores:
- Los curiosos leen de todo, sin un orden y sin profundizar, quieren saber cosas y datos, y consulta todo tipo de Webs y autores, sin ser críticos de las fuentes, creyendo todo lo que leen por la red…
- Los indiferentes estudian sólo porque es un deber, o por aprobar, no por convencimiento. No les importa el saber el porqué de las cosas, sólo el cómo hacerlas, y menos el para qué hacerlas. Llevan una vida aburrida y sin sentido.
Serenidad: La persona ordenada tiene mucha serenidad; porque cuando eres ordenado no se te olvidan las cosas, prevés adelantar los pendientes, no dejas las cosas para el último, encuentras pronto lo que buscas, y porque ver las cosas en
su lugar te da armonía y paz.
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Serenidad:
Ante la intensidad de las comunicaciones actuales y la prisa, este valor nos ayuda a tener una vida apacible, sosegada, sin turbación física o moral.
Hay que saber distinguir entre la vida intensa y una vida rápida, ya que la serenidad no está peleada con llevar una vida intensa, eficaz, diligente. Los hábitos diarios, que estamos tratando de vivir, crean un orden y secuencias temporales que transmiten serenidad, porque confirman que se hace lo que se debería realizar.
Las personas ordenadas suelen tener mucha serenidad, porque no se olvidan de las cosas, han previsto adelantar los pendientes, no dejan las cosas para el último, encuentran pronto lo que buscan, y porque ver las cosas en su lugar crea armonía y paz.
Los antivalores son una excesiva
lentitud, el pachorrudo más que sereno, y por el lado contrario está
la turbación.
Con los siguientes ejemplos entenderemos mejor este valor:
- La persona serena es la que evita quejarse por cualquier cosa o dramatizar.
Es considerada y cuida las cosas que dice. Respetuosa. Sabe esperar. Y no pierde la paz en las dificultades ordinarias porque sabe que en la vida siempre las habrá.
Antivalores:
- La persona lenta es la que tarda en reaccionar para pedir ayuda o reclamar algo justo. Tarda demasiado tiempo en hacer las cosas o en responder a las llamadas.
- La persona turbada es en la que reina la confusión, el desorden, el desconcierto. Se altera por cualquier causa, con frecuencia está nerviosa, etc.
- La persona serena trabaja con intensidad, pero sabe darse momentos de soledad y silencio. Lleva una vida ordenada, metódica y sabe planear y organizar su día, etc.
Antivalores:
- Es aquel tardo o pausado en el movimiento o en la acción. Poco vigoroso y eficaz.
- La persona que se mueve mucho y corriendo, y no soporta los tiempos de soledad o silencio. No planea y llega tarde a todas partes, etc.
Cómo te educa el orden para la vida:
El orden adquirido hace que lo vivas en otras esferas de tu vida. En primer lugar, en el estudio o trabajo que realizas: lograrás hacer todas tus tareas y trabajos, tendrás tiempo para aumentar tu cultura sin descuidar tus obligaciones de la casa.
Sabrás trabajar más y mejor, a la vez que te dedicas a la práctica del deporte, a la diversión, a convivir con tu familia y amigos.
Sin lugar a dudas cualquier persona se siente más cómoda y mejor en un ambiente limpio y ordenado, por lo que resulta beneficioso practicar este valor.
Desde el punto de vista trascendente, te ayuda a poner en orden tus pensamientos y a organizar tu mente.
El orden que vas adquiriendo se refleja en tu casa y en tu lugar de trabajo, y cuando están ordenados: se limpian mejor y más fácilmente, contribuyendo a mejorar la convivencia familiar y social, ya que para lograr mantener un orden en estos lugares deben intervenir todos: planificando y dividiendo los sectores y
tareas establecidas para cada integrante, ya que todos necesitan de los demás para ser felices.
Si eres ordenado, podrás establecer de manera adecuada tus horarios de comida, encontrarás un momento para realizar actividad física y/o ejercicio físico, para divertirte, salir con los amigos, etc. Tener un horario te permite mantener un orden
de importancia en las actividades del día, además lograrás hacer más cosas de lo planeado si mantienes un orden.
Cuando te esfuerzas por ser una persona ordenada, influye en toda tu vida, respetas los momentos para hacer cada una de tus actividades, aprovechas el tiempo, incrementas tu rendimiento, aumentas tu seguridad, evitas errores y pérdidas de tiempo, lo cual es invaluable para ti y para los que te rodean, ya que,
si cada persona se esfuerza, en definitiva, el mundo será mejor.