DEFINICIÓN Y DESCRIPCIÓN DE VALORES



Disciplina


Disciplina: Niégate a lo fácil, haz lo mejor

Definición: Instrucción en algo bueno. Enseñanza. Instruir, enseñar a alguien su profesión, dándole lecciones y capacitación para que sea capaz de llevarlas a cabo. Es una ciencia o un arte, un deporte. Observancia o cumplimiento de unas reglas. Imponer, hacer vivir el reglamento. Acciones que se imponen por vía de corrección. (RAE).

Lema: Niégate a lo fácil, haz lo mejor.

El lema describe la capacidad que da la disciplina para evitar dejarse llevar por lo más cómodo, o lo agradable, o lo que más gusta y que lógicamente es a lo que se inclina uno con más facilidad, para poder hacer lo mejor, lo que más beneficios trae a uno mismo y a los demás. No se trata de complicarse la vida inútilmente o escoger lo complicado. Más bien, es saber que las mejores opciones suelen ser más difíciles de aprender y vivir que las más fáciles. Aquí es donde hay que tener la fuerza, el autocontrol, para escoger lo que es mejor.

La disciplina como Hábito:

“Cómo ser fuerte en 15 días y sin esfuerzo”. “Haga sus estudios en pocos días y sin estudiar”. “Cómo ser un buen deportista sin disciplina”. Son Ofertas que se antojan, pero que son falsas. Se puede llegar a ser fuertes, a graduarse, a ser deportista, pero se necesita practicar la constancia en pequeñas metas por un largo periodo. Además, así se adquieren los hábitos buenos que son la mejor vacuna contra muchas enfermedades y vicios actuales, y capacitan para: “Negarte a lo fácil para hacer lo mejor”.

Los hábitos buenos producen equilibrio y armonía, que también son parte de la naturaleza que nos rodea. Y cuando se rompe esa armonía en la naturaleza se provocan consecuencias nocivas para los seres vivos; lo mismo les pasa a los humanos cuando se rompe esa armonía en sus vidas. Tenemos la ventaja que a lo largo de los siglos se ha encontrado la forma de mantener este equilibrio en el comportamiento de las personas: Los hábitos buenos, que cuando se practican hacen bien a la persona, y cuando no, traen sus malas consecuencias como el elevado índice de enfermedades que existe hoy.
Es importante tener en cuenta que ciertas acciones crean adicciones: si te conformas con meras experiencias superficiales por vanidad, curiosidad o sólo por placer, pagas un precio alto en el desequilibrio de la personalidad y la esclavitud al vicio.

Hay que entender bien esta armonía o equilibrio de los hábitos. Analicemos el ejemplo de la laboriosidad, uno de los valores que desarrolla la disciplina.

Se representa en el centro la laboriosidad, en equilibrio entre dos extremos igualmente malos: como defecto está la pereza y por exceso el activismo. Una vez que se encontró el equilibrio entre ambos extremos, en ese punto se puede crecer todo lo que se quiera en la laboriosidad (eje vertical). En el actuar laborioso de la vida diaria habrá un área de normalidad que a veces o por temporadas se deslizará hacia alguno de los dos lados; por ejemplo, no es lo mismo una época de exámenes que las vacaciones. Cuando ese actuar se aleja más de esa armonía, se puede caer en el área del vicio si se sigue avanzando por esa manera de actuar viciosa. En algunos casos, se podría caer en la adicción o en alguna patología donde ya se requerirá de un especialista para salir adelante.

La disciplina es uno de esos hábitos buenos que nos facilita el actuar mejor en todos los ámbitos de la vida: en cualquier aprendizaje, en la práctica de cualquier deporte u oficio, en sacar adelante la familia o la profesión. El caos es lo contrario a la disciplina.


La disciplina y el Autocontrol:

Desde tiempo remoto se define a la persona como un animal racional. El cuerpo es lo que nos identifica con los animales; la segunda parte, la racional, es la que nos diferencia de ellos. Por lo tanto, para ser una persona hay que poner al cuerpo bajo el control de la razón. Y para lograr esto, ayuda mucho la disciplina que es parte importante del autocontrol.

La persona toma sus decisiones en su interior, donde se juntan sus energías animales y racionales. El orden, la armonía y la recta proporción entre estas fuerzas es lograda por el Autocontrol. Ambas energías son importantes y tienen su función, pero el armonizarlas es tan importante que garantiza la autoconservación Si la persona no logra el Autocontrol termina autodestruyéndose con vicios, malos hábitos, enfermedades, adicciones, flojera, etc. Esto se suele explicar con el ejemplo de los dos lobos que todos llevamos dentro, ¿quién gana?, el lobo que más se alimente. El verdadero amor a uno mismo consiste en alimentar más a la razón, haciendo lo que se entiende es mejor, y evitar dejarse llevar sólo por lo que el cuerpo pida, evitar lo más fácil que es buscar exclusivamente el placer y lo agradable. Uno se realiza sólo en el amor no egoísta de sí mismo, aquél que no se ciega en la búsqueda del propio yo, sino que piensa las consecuencias de sus actos y en ser respetuoso y solidario con los demás.

La persona sin autocontrol no podrá alcanzar las metas que se propone. Y lo más triste de todo es que no encuentra la felicidad en el placer que tan afanosamente busca. Al contrario, destruye el placer y sólo consigue la frustración, porque no se sacia, no se satisface, siempre quiere más, y cuando lo tiene, quiere más y más intenso, y sigue sin saciarse. Basta ver la experiencia tan cercana y tan común a todos del terrible flagelo de las adicciones: alcoholismo, tabaquismo, drogadicción, consumismo, promiscuidad sexual, ludopatía, bulimia. Tantas disfunciones psíquicas y éticas de nuestros días que surgen, no raramente, en un contexto de falta de Autocontrol.

Explicación de la Disciplina:

La disciplina es fundamental para el autocontrol, para hacer lo correcto, lograr más cosas y ser mejor persona, que llena de alegría y satisfacción. Un ejemplo es el deporte, que tiene reglas y modos de hacer las cosas: es mejor espectáculo, y la competencia es más pareja, si se vive su reglamento. Si en el atletismo un jugador se dopa, compite injustamente sobre los demás, por lo que es descalificado. Igualmente pasa para aprender matemáticas y calcular: hay que seguir un método, si no se siguen, hay errores en los cálculos y se puede caer la casa, el edificio o el puente. Qué satisfacción ganar limpiamente una competencia o lograr que lo construido salga muy bien. Qué frustración el ser expulsado, descalificado o salga mal lo que se realiza, perjudicando a los demás o echando a perder el juego.

Para aprender se requiere seguir unas lecciones o unas instrucciones, y luego practicar eso una y otra vez, aceptando las correcciones por parte del maestro, entrenador, instructor, coach, o padre de familia: así se capacita uno para hacer muy bien lo que se quiere aprender. Esto es la disciplina, y es el secreto de los mejores deportistas, músicos, artistas y cualquier oficio o profesión que se desea realizar con éxito. La disciplina desarrolla el autocontrol y muchos valores que se extrañan ahora en las familias, escuelas, trabajos y en la sociedad en general, como: la constancia, el esfuerzo, la laboriosidad, la sinceridad y una diversión sana. Es imposible tener buenos hábitos, aprender cualquier cosa o divertirse sanamente sin disciplina. La disciplina es el gran valor humano de los pequeños y continuos esfuerzos que se hacen para alcanzar las metas propuestas. Es la capacidad de actuar ordenada y perseverantemente para conseguir que se lleve óptimamente el desarrollo del deporte y de las actividades del día. Es una forma de comportamiento, no impuesto, que se realiza a través del autocontrol. No se trata de cuadricular la vida, pero sí de impedir el caos. Hay que tomar en cuenta que sometiéndose a una determinada disciplina es como se consiguen resultados impensables; en cambio, la inconstancia, los abandonos, los olvidos y la dispersión tienen como fruto la esterilidad y la ineficacia, que nos llevan a permanecer, a pesar de los años y el esfuerzo, en el mismo sitio sin avanzar. La disciplina tarde o temprano vencerá a la inteligencia. La disciplina es un método. La palabra método procede del griego y significa “camino hacia”, y es la vida organizada la que nos hace caminar para alcanzar nuestros objetivos más importantes. Debemos reconocer que sin un cierto método de vida es muy difícil hacer una labor profunda y bien hecha. La disciplina de un método garantiza aprender a hacer las cosas mejor y a tener constancia. Hay que tomar en cuenta que durante años se consideró a la disciplina como el método más eficaz para conseguir una buena educación, pero ignorando que ésta se debe basar fundamentalmente en el cariño, en la comprensión y en el diálogo sincero, que ahora es importante tomar en cuenta.
Existen dos antivalores de la disciplina que son extremos por exceso o defecto, ambos igualmente desaconsejables y con consecuencias negativas:



Damos algunos ejemplos para que se entienda mejor lo que es la disciplina, y cuáles son sus antivalores:

1. La persona disciplinada entiende el reglamento del fútbol y lo pone en práctica, evita dejarse llevar por la ira y no comete faltas, acepta las indicaciones del árbitro y del entrenador, se ajusta al plan trazado para el partido. Aunque se le antoje, evita comer de más, tomar alcohol excesivamente, y asiste a los entrenamientos, aun cuando no tenga ganas.

• La persona indisciplinada: ni conoce ni vive el reglamento. Se deja llevar por el coraje y comete faltas, por lo que lo amonestan y expulsan. Se pelea con el árbitro, el entrenador y sus compañeros. Hace lo que quiere en el juego, y festeja de manera desmedida y perjudicial los triunfos. Si tiene flojera no asiste a los entrenamientos.

• La persona rigorista: vive el reglamento excesivamente, sin flexibilidad, y se molesta con el árbitro y el entrenador si no son muy estrictos. También se enoja excesivamente con sus compañeros ante cualquier error. No festeja alegremente los goles o las victorias, y pocas veces se contenta con lo obtenido.

2. En la vida ordinaria una persona disciplinada vive la puntualidad al llegar y salir de su trabajo. Exige a los demás, para ayudarles a hacer bien las cosas y para que aprendan, pero con buenos modos y paciencia. Trabaja bien y con orden, lo vean o no lo vean. Es constante hasta terminar las cosas. Evita dejarse llevar por lo más fácil para hacer lo mejor. Es consistente en lo que realiza. Todo esto lo llena de alegría y satisfacción y le va mejor en la vida.
La persona indisciplinada: suele ser impuntual, se deja llevar por el mal carácter y maltrata a los demás al corregirles o llamarles la atención. Más que trabajar, se mueve. Se la pasa buscando cosas en medio de su desorden. Es inconstante y fácilmente se deja llevar por lo que le gusta más. A veces hace las cosas bien y a veces mal. Una persona así se frustra y le es difícil salir adelante en la vida, más bien se la complica.

• La persona rigorista: es dura consigo misma y con los demás, y no tolera errores, corrigiendo severamente. Es inflexible y no admite explicaciones de ningún tipo. Aplica los reglamentos y alcanza sus metas sin importar si aplasta a los demás, o falta a la justicia. Suelen ser personas que se amargan la vida y se la amargan a los demás.

Valores relacionados con la Disciplina:

La constancia: Firmeza y perseverancia del ánimo en las resoluciones y en los propósitos. Necesaria en la adquisición de un hábito o cualidad, tendencia que se manifiesta de forma duradera, de tal forma que busca siempre un mayor desarrollo, siendo así un elemento imprescindible para crecer en cualquier valor o hábito. La gota de agua que perfora una piedra, lo hace, no por su fuerza, sino por su constancia.

Para saber más

X CERRAR Constancia:

Necesaria en la adquisición de un hábito o cualidad, tendencia que se manifiesta de forma duradera, que busca siempre un mayor desarrollo, siendo así un elemento imprescindible para crecer en cualquier valor, especialmente en la Disciplina. La diferencia con la perseverancia es que ésta llega hasta la meta propuesta, y con la constancia se sigue avanzando por un plano inclinado siempre más y más. La siguiente frase describe bien lo que es la disciplina y la constancia: La gota de agua que perfora una piedra, lo hace no por su fuerza, sino por su constancia.

La persona constante evita el desánimo que le amenaza cuando se prolonga la duración de los problemas o adversidades. Busca estar en continua motivación y reflexión sobre el bien que se ha propuesto, intentando una y otra vez, comienza y recomienza hasta alcanzar la meta.

Existen dos antivalores: la inconstancia que lleva a conformarse con lo alcanzado y no seguir aspirando a ser mejor, cayendo en la mediocridad. Es también volubilidad, ligereza, informalidad. El otro extremo es el perfeccionismo, que lleva a seguir actuando para seguir mejorando lo realizado, pero dedicando demasiado tiempo y recursos, y descuidando otros aspectos también necesarios y quizá más importantes. Ponemos unos ejemplos para que se entiendan mejor:

1. La persona constante, para participar mejor en una exposición estudia todo el material, completo y a fondo.

• La persona perfeccionista: estudia otro material a pesar de que le han dicho que está equivocado, o es de otro tema distinto.
• La persona inconstante: estudia a medias, lee todo el material, sólo para enterarse en general de lo que tratará la exposición.


2. La persona constante, para aprender un idioma no se contenta con lo mínimo, sigue escuchando las clases del idioma durante el desplazamiento al trabajo o la escuela para ir subiendo de nivel, hasta llegar al avanzado.

• La persona perfeccionista: escucha esos audios también cuando come, hace deporte o en lugar de estar con su familia para aprender más y más vocabulario, y ganarles a todos.
• La persona inconstante: empieza las clases, pero las abandona, y quizá sigue escuchando el idioma para practicarlo, pero sin querer subir de nivel, sólo conservar lo que tiene.

3. La persona constante: Saca siempre adelante lo que se le confía, y cada día lo hace mejor y más rápido, consigue mejores resultados.

• La persona perfeccionista: Se impone sacar las cosas a como dé lugar, meticulosamente, arriesgando su salud y su familia, se desvela, etc.
• La persona inconstante: Saca adelante su trabajo de manera rutinaria, sin mejorar ni hacerlo más rápido, perseverantemente, pero sin ir a más.



Esfuerzo: Empleo enérgico del vigor o actividad del ánimo para conseguir algo venciendo dificultades. La persona que se esfuerza tiene siempre la disciplina y la constancia necesarias para no derrumbarse ante las dificultades o para superar el miedo, el natural rechazo al esfuerzo y las dificultades que se presentan en la práctica del bien, perseverando con disciplina para conseguir las metas e ideales propuestos y no estar cambiando sólo porque está difícil.

Para saber más

X CERRAR Esfuerzo:

Ánimo, vigor, brío, valor. También le llamamos fortaleza, que ayuda en la vida diaria para poder cumplir bien con el trabajo, las obligaciones familiares, las relaciones con los demás, etc. El fuerte tiene siempre la disciplina y la constancia necesarias para no derrumbarse ante las dificultades o para superar el miedo que pueda surgir ante el peligro, incluso ante la muerte, y poder así hacer frente a las diversas pruebas e inconvenientes que se presentan en la vida. No se desanima ante los propios defectos o los de los demás, superando el natural rechazo al esfuerzo y las dificultades que se presentan en la práctica del bien, perseverando con disciplina para conseguir las metas e ideales propuestos y no estar cambiando sólo porque está difícil.

Principio importante a tomar en cuenta: En la vida no gana el que tiene más fuerza, sino el que conoce el alcance de sus fuerzas y sabe pedir ayuda cuando no puede o no sabe, entendiendo el valor y la fortaleza del trabajo en equipo. Por otro lado, no hay que confundir la debilidad física o emotiva, que puede deberse a una enfermedad o por herencia, con la falta de fortaleza.

El fuerte se caracteriza por saber resistir las dificultades y emprender acciones para hacer el bien, promover la paz y la justicia.

Como en todos los hábitos buenos, hay dos extremos que son igualmente antivalores: de una parte está el temor o cobardía: un miedo desproporcionado, irracional y desmedido ante los sufrimientos o dificultades que se presentan ante la realización de las metas que se le proponen. Y por la otra parte está la temeridad: la supresión de todo temor que se traduce en asumir riesgos y peligros desproporcionados, que incluso llegan a amenazar la vida sin motivo. Suele proceder de una oculta vanidad o simplemente por necedad. Hay mucho de temeridad en ciertos deportes extremos que van captando cada vez más seguidores entre la juventud actual.

1. La persona fuerte cumple sus tareas, acaba lo que empieza porque tiene motivos y razones profundas y trascendentes, superando así las dificultades cuando algo no sale, comenzando cada día de nuevo hasta alcanzar la meta, para luego ponerse otras más e irlas acumulando.

• La persona temeraria: se sale siempre con la suya, pase lo que pase, arrollando a otros sin importarle nada, sólo terminar el trabajo. No le importa engañar o hacer cosas indebidas que le pudieran costar el trabajo o que lo saquen de la institución donde estudia.
• La persona cobarde: pospone el trabajo, y si lo empieza no se esfuerza por acabarlo, ya que supone esfuerzo. Mejor atiende asuntos más agradables o fáciles. Es fácil concluir que esta persona será incapaz de trabajar o estudiar, yendo de fracaso en fracaso.

2. La persona que se esfuerza: termina el trabajo, las tareas o los encargos en su casa ya cansado, aunque tenga ganas de salir con los amigos o distraerse en otras cosas, porque se da cuenta que todavía tiene energías para hacerlo.

• La persona temeraria: ante la conveniencia de descansar un momento, para luego seguir trabajando, decide que no hace falta y sigue trabajando y hace trabajar a los demás, descuidando su sueño y su alimentación. Estas personas truenan y se derrumba su salud considerablemente.
• La persona cobarde: deja de hacer el trabajo, las tareas o los encargos de su casa por irse al cine o salir con los amigos a un plan más agradable, para huir del esfuerzo. Tratan de encontrar siempre una disculpa y mienten para que no les llamen la atención. Son los que fracasan en la vida, no duran en los trabajos y le echan la culpa a los demás.




La laboriosidad cualidad de laborioso: la persona muy aplicada en el trabajo. La disciplina ayuda a hacer el trabajo mejor y con menos fatiga, y la laboriosidad es principalmente fuente de superación personal y perfeccionamiento de las capacidades humanas, motivo para el desarrollo individual y social. La ociosidad es la madre de todos los vicios, y el trabajo es el padre de todos los hábitos y valores.

Para saber más

X CERRAR La laboriosidad:

Labora mucho y bien, aprovecha todas sus cualidades y busca desarrollarlas. Se esmera por hacer las cosas con toda la perfección que es capaz. Es indudable que realizar bien el propio trabajo es una meta difícil y, como tal, requiere poner en práctica la disciplina.

La ociosidad es la madre de todos los vicios, y el trabajo es el padre de todos los valores. Una persona sin trabajo se corrompe, a diferencia de una persona que con trabajo se desarrolla más; es como la columna vertebral que lo sostiene. El trabajo lleva disciplina, y la disciplina ayuda a hacer el trabajo mejor y con menos fatiga. El trabajo es principalmente fuente de superación personal y perfeccionamiento de las capacidades humanas, es motivo para el desarrollo individual y social.

Comúnmente entendemos el trabajo como la actividad mediante la cual nos preparamos con el estudio, obtenemos recursos básicos para la subsistencia propia y de los demás, y realizamos las faenas de la casa como elaborar los alimentos, limpiezas, etc. Hay que tomar en cuenta que seremos aquello conforme al modo en que trabajemos. Si somos mal hechos haremos hábitos de malhechos; si trabajamos con prisa, haremos hábitos de hacer el trabajo al aventón; de igual modo, si trabajamos con orden, con disciplina y bien hechos, obtendremos esos mismos hábitos. De manera que el trabajo compulsivo nos define como personas compulsivas, lo mismo el perfeccionismo o la competitividad malsana. Tan es real y evidente este punto que las personas que trabajan mal ya sea por exceso o por defecto se enferman o se estresan de más, o se atrofian de ciertas capacidades. Y la causa no está tanto en el modo de trabajar, sino en la finalidad por la cual trabajamos. Es decir, si trabajamos sólo por dinero: ya sea para pagar deudas, ya sea para ahorrar más, que si trabajamos para mantener a la familia queriendo dar siempre más cosas, esto estresa más, que si tengo motivos más nobles para el trabajo y cuido mejor mi salud, las relaciones con los demás, tener momentos de esparcimiento, cuidar los alimentos…

Los antivalores de la laboriosidad son la pereza: descuido, negligencia en las cosas a las que estamos obligados, resistencia al trabajo, tardanza en las acciones o movimientos. Y por otra parte, el activismo: trabajar mucho, excesivamente, únicamente se dedica al quehacer, sin tiempo para otras actividades, sin descanso. No para en todo el día.

Algunos ejemplos para entender mejor estos conceptos:

1. La persona laboriosa cubre su tiempo de trabajo con un horario que cumple a diario, y en el que combina la salud, el descanso, sus roles familiares y sociales, la diversión y los amigos.

• La persona activista trabaja todo el día, pero descuida su salud y el descanso, no tiene tiempo para la familia, los amigos, para ayudar, divertirse, etc.
• La persona perezosa escucha música todo el día, empieza a trabajar por lo que más le gusta o le cuesta menos esfuerzo, llega tarde al trabajo y es lenta para realizar sus deberes.

2. La persona laboriosa revisa todos los correos electrónicos que han entrado la víspera, selecciona los que se deben leer y contestar rápido, y los que pueden esperar los deja para otro momento para no retrasar el trabajo. Tiene momentos claros para ver sus redes sociales y evita distraerse en clase o en el trabajo viendo constantemente su celular.

• La persona activista no para de contestar correos hasta dejar vacía la bandeja de entrada, todos clasificados y con las gestiones acabadas, habiendo descuidado el plan de trabajo que tenía para esa mañana, por lo que tendrá que salir tarde.
• La persona perezosa lee todos los correos con parsimonia entrando a todos los enlaces que se adjuntan y visitando otros sitios que no tienen que ver con el trabajo previsto. Contesta todos los mensajes y ve todos los videos que le mandan. Nunca le alcanza el tiempo para hacer su trabajo, se desvela y acaba agotado.

3. La persona laboriosa se capacita más para trabajar mejor. Busca trabajar bien, con orden, con disciplina, planeando lo que debe hacer, usa agenda y da seguimiento los a pendientes.
• La persona activista se mueve mucho, se compromete a más cosas de las que puede, a todo dice que sí, no usa agenda y contesta todas las llamadas o mensajes.
• La persona perezosa se queda en cumplir lo mínimo, no da más, no planea ni busca hacer las cosas mejor. Pospone el trabajo con facilidad.




La sinceridad: Sencillez, veracidad, modo de expresarse libre de fingimiento. Quien dice siempre la verdad. Y la verdad siempre es mejor, y a nadie le gusta que lo engañen, que le digan mentiras, y no hay que hacer a los demás lo que no nos gustaría que nos hicieran a nosotros. En esto la disciplina nos ayuda a ser sinceros, para negarnos a la mentira que es lo fácil, para hacer lo mejor que es hablar con sinceridad

Para saber más

X CERRAR Sinceridad:

La persona sincera es una persona leal y fiel, pues cumple su palabra y promesas, y no se aparta de sus convicciones y deberes; mantiene los compromisos libremente contraídos en relación a las personas o ideales de vida, a pesar de obstáculos internos y externos que sobrevengan. Esta fidelidad es particularmente importante y necesaria en nuestros días y en nuestro ambiente porque, por desgracia, la infidelidad se ha extendido como una plaga en amplios sectores sociales. Es fiel el que cumple exactamente lo prometido y, por lo mismo, son coherentes sus palabras con sus obras. Fiel es el estudiante que cumple la disciplina a la que se ha comprometido al ingresar en una escuela o universidad; el que es capaz de sostener la palabra dada y, en consecuencia, cumple sus compromisos, pequeños o grandes en la vida; el marido o la mujer que, independientemente del lugar o del momento, no hacen a su cónyuge lo que no les gustaría que les hicieran a ellos. Es fiel quien al recibir un encargo de administración, vela por los intereses de la empresa y no trafica en beneficio personal aprovechándose de los privilegios de su situación. Como puede verse, se trata de un valor no muy frecuente y absolutamente indispensable. Esta lealtad es importante para vivir lo arduo que resulta evitar la corrupción en diversos ambientes públicos o privados de tantos países.

Los antivalores son la mentira y la hipocresía, por un extremo, pero también está mal la persona que habla de más, critica y expone las cosas de los demás con todas las personas, y se llama difamación.

Ponemos unos ejemplos para que se entiendan mejor:

1. La persona sincera acepta sus errores y dice la verdad por más que le cueste hacerlo o le traiga consecuencias. Cumple lo que dice. Se dedica a trabajar y evitar perder el tiempo, sin fingir que trabaja cuando lo ven. Evita comprometerse cuando sabe que no podrá cumplirlo.

• La persona que difama dice las cosas inoportunamente, y se justifica porque es verdad. Se dedica a criticar a los que no hacen bien las cosas.
• La persona mentirosa dice mentiras y actúa con trampa para justificarse o evitar las consecuencias de sus actos. Abusa de la ignorancia de los demás en su propio provecho. Sólo finge que hace las cosas, pero no las hace.

2. La persona sincera: se acepta como es y se muestra así, evitando la competencia y las comparaciones.

• La persona que difama humilla y desprecia a los demás por lo que no tienen y se siente superior a los demás por lo que tiene y lo presume, quiere ganarle a los demás y quiere que se note.
• La persona hipócrita aparenta lo que no es o lo que no tiene. Se compara con los demás.

3. La persona sincera realiza las cosas cuando se las piden y se propone acabarlas respetando el tiempo acordado. Es fiel en el trabajo y los compromisos en el contrato. Cumple su horario y las actividades programadas, aunque le propongan unos planes más atractivos.

• La persona que difama habla con todas las personas lo que está haciendo, no guarda el secreto profesional y revela lo acordado a todos. Y está acusando constantemente a los demás, sin motivo.
• La persona hipócrita y mentirosa se la pasa pensando cómo vivir de manera fácil y cómoda, sin importarle sus compromisos o lo puesto en un contrato. Sólo busca ganancias y no le importa comprometerse con algo que no cumplirá.



La diversión sana: entretener, recreo, pasatiempo. Tiene que ver con lo alegre, festivo y el buen humor. La diversión, el juego y el deporte son importantes en la vida de todas las personas, pero hay que vivirlos de manera ordenada, y es la función de este hábito de la disciplina que pone un sano equilibrio en el ejercicio, juegos y diversiones, no para suprimirlos, sino para moderarlos y encausarlos.

Para saber más

X CERRAR La diversión sana:

Por un lado, evitar así daños en la salud individual y colectiva: es fácil ver la cantidad de alcohol, y las juergas desenfrenadas que hay en la forma de divertirse de mucha gente, que producen una buena cantidad de accidentes y adicciones. Por otro lado, es importante el ejercicio y los deportes, que nos dan una vida más saludable y llenan de energía, relajan y ayudan a convivir con otras personas.

Es saludable y necesario el descanso para poder seguir esforzándonos en el trabajo, estudio y demás roles de la vida, imprescindibles para el desarrollo personal y social. Tener aficiones nos ayuda a saber descansar, si no es fácil caer en el aburrimiento y, entonces, realizar actividades que degraden o, al menos, se perderá un tiempo precioso para enriquecerse y saber descansar de forma humana. Es una suerte saber distraernos a nosotros mismos, disfrutando en una actividad que consideramos en especial nuestra y a la que somos fieles porque ya es parte de nosotros: esto es la disciplina en la diversión, necesaria en todas las aficiones y que nos da tantas satisfacciones. Y si esta actividad enriquece al espíritu, como la lectura, la música, la pintura, y las artes en general, entonces la dicha es más grande.
Ser fieles a estas aficiones sin hacer demasiado caso a aquellos que nunca hacen nada, tal vez por miedo a equivocarse, por perfeccionismo o porque son mediocres. Todos tenemos habilidades que deberíamos conocer y desarrollar. Es importante reconocer que somos distintos y nos despersonaliza el querer ser como los demás, porque nuestros dones terminarían sepultados en lo que prefieren los otros. Ser distinto no responde a una postura de moda, ni querer ser originales: responde a reconocer que somos diferentes.

Sobre el deporte y todas las ventajas que tiene el practicarlo, hay mucho escrito en Internet. En otros programas de SVD podrás también encontrar mucha información al respecto.

Los antivalores de este hábito son dos extremos igualmente desaconsejables. Tenemos a los que no saben divertirse por un exceso de austeridad o demasiada seriedad. Y por otro lado tenemos al que sólo busca diversión y entretenimiento. Y ya como una adicción tenemos a la ludopatía.

A continuación ponemos unos ejemplos para que se entiendan mejor:

1. La persona que sabe divertirse sanamente: atiende primero sus deberes en el trabajo, la escuela y la familia, y luego se da tiempo para salir a divertirse, hacer deporte, equilibrando las actividades al aire libre con las sedentarias. Son personas alegres y llenas de energía para la vida.

• La persona con exceso de austeridad: no sale con sus amigos por creer que es pérdida del tiempo, y no sabe romper su triste comportamiento. Siempre está ocupada y no se da tiempo para descansar y relajarse, por lo que estará de mal humor. Lleva una vida sedentaria.
• La persona que sólo busca la diversión: es quien procura ir a todas las fiestas posibles y comete excesos de todo tipo sin pensar en las consecuencias, ya sea de su salud, de su trabajo o de su familia. Son las que necesitan tomar alcohol para estar alegres, se desvelan, etc., por lo que están crudas, cansadas y con poca energía para el trabajo. Las que son incapaces de abandonar los lugares de juego ya tienen una adicción que es la ludopatía: están enfermas y necesitan un especialista.

2. La persona que sabe divertirse sanamente: busca los mejores lugares y momentos para hacerlo, tiene buen humor y difícilmente se aburre. Además, tiene aficiones que le llenan el tiempo libre, le descansan y le enriquecen. Se dan tiempo para hacer ejercicio o deporte, equilibrando todos los demás ámbitos de la vida.

• La persona con exceso de austeridad: no sabe divertirse o entretenerse, vive como en una burbuja, no se da a los demás, se entretiene ella sola. Si hace algún deporte, lo hará como una obligación. Tiene exceso de estrés que le irá minando su salud.
• La persona que sólo busca la diversión: se divierte a costa de los demás, gastando bromas de mal gusto, sin distinguir los momentos en los que esa actitud molesta a los demás. No tiene aficiones, que suponen un poco de disciplina, y tiene flojera de hacer ejercicio. O se la pasa haciendo deporte todo el día descuidando su trabajo, estudio y familia.



Cómo te educa la disciplina para la vida:

Para ser una persona con disciplina debes tener un equilibrio y darte tiempo para romper el sedentarismo, realizar ejercicio físico e incluir en tu vida diaria una alimentación balanceada que te dé energía para realizar todas tus actividades. Cuida tus horas de sueño (entre 7 y 8), y las de tus tres comidas diarias, teniendo así una vida más saludable y óptima, ahorrando dolores, molestias y dinero.

Para que una familia funcione mejor necesita de disciplina, que se concreta en ciertas condiciones de respeto para la convivencia diaria, como respetar horarios, encargos y funciones: para la limpieza, elaborar los alimentos, hacer las compras, etc. Los mayores enseñan a los menores las experiencias para evitar los peligros, o ayudan a un mejor desarrollo. Una familia sin disciplina sería un caos y todos salen perdiendo. La disciplina hace a todos más seguros de sí mismos para desarrollarse plenamente.

Cualquier actividad humana: estudio, trabajo, profesión, etc. tiene una disciplina o reglas que logran que funcione lo mejor posible. Como pasa en el deporte, que sin reglas sería un caos, lo mismo pasa en TODOS los aspectos de la vida. Además, con disciplina serás más profesional y verás más allá del cumplir por cumplir, dándole un sentido a lo que hagas y te lleve a alcanzar tus metas. Ponlo en práctica y verás que tus: papás, maestros, jefes, compañeros y amigos notarán un gran cambio positivo en ti.

Debes saber que el mundo pertenece a los disciplinados. Los triunfadores en las ciencias, en el trabajo, en las artes y en los deportes son personas altamente disciplinadas, pues siempre desarrollan su máximo potencial. Algunas personas nacen con una facilidad para hacer determinadas actividades, pero no tienen la disciplina para sacarlo adelante y se quedan a la mitad del camino o no llegan tan lejos como podrían haberlo hecho si hubieran tenido disciplina. Piensa que tu país y los que conviven contigo necesitan de todo lo que puedas aportar gracias a tu esfuerzo y constancia. Tú serás el primer beneficiado.